[…] no tiene nada sólido, todo es como gelatina y hecho de cuerdas serpenteantes, como pegadas juntas… con grandes ojos saltones por todo el… diez o veinte bocas o trompas a todo lo largo de los costados, grandes como tubos de estufas, y todas moviéndose, abriendo y cerrando… Completamente gris, con algo así como anillos azules o púrpuras… y por Dios… ¡ese medio rostro en lo más alto!