Cuatro chicas desaparecidas. Cuatro hijas arrebatadas cruelmente a sus padres. Cuatro familias destrozadas, unidas por un mismo clamor: justicia y respuestas. Los Fens, Inglaterra. El maltratado cuerpo sin vida de una joven aparece en una remota y desolada playa del mar del Norte, sumiendo a la comunidad en una espiral de miedo e incertidumbre. Poco después, una conflictiva adolescente llamada Toni es hallada mientras vaga, desorientada y cubierta de barro, entre la espesa bruma de los humedales de Fenland. Sumida en un profundo delirio, la joven repite una y otra vez el nombre de Emily. Dice haberla conocido en una fiesta ilegal a la que ambas asistieron y asegura haber visto cómo alguien se la llevaba a la fuerza. A la luz de tales hallazgos, resurge el eco de un caso relegado al olvido: la desaparición, ocurrida diez años atrás, de una niña cuyo paradero sigue siendo un misterio. Su madre, abatida por el dolor, exige que la Policía reabra la investigación. Una vez más, el detective Rowan Jackman y la sargento Marie Evans se ven atrapados en una red de secretos y peligros, donde nada es lo que parece. Tras la pista de un grupo de hombres que dirigen un club clandestino donde el alcohol, las drogas y el abuso a menores campan a sus anchas, sus pesquisas los conducen hasta Windrush, un viejo sanatorio abandonado cuyas paredes ocultan horrores inimaginables. «Las hijas perdidas» es un «thriller» absorbente y cargado de tensión, donde la inocencia se enfrenta a la brutalidad y la corrupción más inhumanas. Con cada giro inesperado, la novela despliega una oscura reflexión sobre la pérdida, la culpa y la lucha por la justicia en un mundo donde las sombras del mal acechan más cerca de lo que pensamos.