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18,53 €Desde hace unos años los polÃticos y personajes públicos nos entretienen con sus vidas privadas, quizá para no tener que hablar de nosotros mismos.Este complejo fenómeno social esconde una privatización de la intimidad, una mercantilización de las emociones fomentada por las democracias liberales. En este trabajo descubriremos cómo las categorÃas de lo Ãntimo y lo privado han sido unidas en esta democracia de propietarios y cómo preservar lo Ãntimo (los lazos afectivos) es una forma de mantenerse en la realidad.Ante el espectáculo comercial de las vidas privadas -promovido por los medios de comunicación-- las preguntas se suceden. ¿Es lo Ãntimo una caracterÃstica ideal del espacio común? ¿En qué medida el amor es un sentimiento polÃtico? ¿Debe ser la democracia contemporánea sensible para ser verdaderamente democrática?