Descuento:
-5%Antes:
Despues:
9,50 €Se ha pensado mucho sobre el tema de la muerte con la que Pasolini ha salpicado novelas y poemas. Muchas de estas ideas son crÃpticas y deben ser descifradas, como ha hecho a lo largo del tiempo, con gran paciencia y sabidurÃa, Giuseppe Zigaina. Pero leamos lo que el poeta-director dijo en 1967, en uno de los fértiles debat es que ocurrÃan en las inolvidables Muestras Internacionales del Nuevo Cine (de autor) que tenÃan lugar en Pesaro, en este caso hablando de vida, de muerte, de cine y montaje. Él decÃa, pues, que el montaje obra sobre el material cinematográfico (conformado por encuadres y fragmentos larguÃsimos o infinitesimales) como la muerte obra instantáneamente sobre la vida, sobre el número infinito de acciones que la componen. Sólo la muerte logra darle un sentido definitivo a la existencia humana. Hasta que no esté muerto ―decÃa Pasolini―, nadie podrá garantizar conocerme de verdad, es decir, poder darle sentido a mi accionar que, en tanto momento lingüÃstico, es difÃcil de descifrar. Y por lo tanto es absolutamente necesario morirse, porque mientras estamos vivos y actuamos carecemos de sentido, y el lenguaje de nuestra vida es un lenguaje intraducible. No olvidemos que ésta no es una forma de suspender el juicio, sino de darle a las acciones que se cumplieron en vida un aura que se convierte en una importantÃsima y decisiva clave de lectura para entender a fondo los actos de la vida y de la obra de un hombre o de un autor. [Marisa Vescovo]